Wednesday, January 25, 2006

Una catorce de la mañana

Una estatua de marx sacando la lengua me mira y me dice algo, le respondo y sentencia: No soy amable, sino sincero. bien, como si importara algo lo que me tiene que decir una estatua en medio de la plaza de... no conozco el nombre de la plaza, de hecho, me parece que no es una plaza, sino el patio de alguna iglesia. Sólo fumé dos cigarros esta noche. es que no puedo ser tan pobre, si asi es como serán las cosas de ahora en adelante puedo decir que nome fué bien en la vida. de pronto un avión pasa volando a ras justo sobre mi cabeza y la estela me lanza a la mierda. es todo culpa de las mujeres. no de todas, de las que yo he visto, solamente.
como me mató un avión, ya no me queda nada más que decir.