Wednesday, January 25, 2006

Una catorce de la mañana

Una estatua de marx sacando la lengua me mira y me dice algo, le respondo y sentencia: No soy amable, sino sincero. bien, como si importara algo lo que me tiene que decir una estatua en medio de la plaza de... no conozco el nombre de la plaza, de hecho, me parece que no es una plaza, sino el patio de alguna iglesia. Sólo fumé dos cigarros esta noche. es que no puedo ser tan pobre, si asi es como serán las cosas de ahora en adelante puedo decir que nome fué bien en la vida. de pronto un avión pasa volando a ras justo sobre mi cabeza y la estela me lanza a la mierda. es todo culpa de las mujeres. no de todas, de las que yo he visto, solamente.
como me mató un avión, ya no me queda nada más que decir.

3 Comments:

Blogger Astrodog said...

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7:51 AM  
Blogger Astrodog said...

Por lo menos mueres sin cagarte en los pantalones, y si te rozó la cabeza fué porque estabas de pié...
Buena forma de morir.

7:52 AM  
Blogger Rodrigo Haym said...

Bájate del cacto y vuelve a casa.
Yo tenía plata y me llevaron los pacos.
La mujeres no tienen la culpa. Es uno el que se las queda mirando. Entonces abren su maleta llena de económicos y convenientes productos, y acabas con una aspiradora que jamás necesitaste.
Los aviones giran en círculos para bajar aquí, como una montaña rusa voladora. Pero nadie sale mareado.

No sé.

12:43 AM  

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